En estos días he sentido tanta rabia, rabia de que no me hables, de que no me escribas, de que no te importe o finjas que no te importo, que para el caso es lo mismo; escribo algo raro y fuerte, declino mis palabras, las borro y las vuelvo a escribir y las dejo ahí, porque tengo ese dolor pequeño que duele con los días un poquito más, un poquito menos, y en la intermitencia quedo como un sin nada, con las manos llenas de palabras muertas, palabras que no has leído y tal vez nunca leas.
No fue tiempo muerto esas horas en que fui feliz, siento haber dicho que enterré ese pasado.
Solo tengo rabia de que no estés nunca más y ya yo no pueda ni aunque escriba mil poemas lograr una excusa para verte.
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