Empecé a recordar qué tanto me habías aclarado lo mucho que te gusta estar a solas. Pero es algo raro ya sabes, siempre hay algo raro cuando uno intenta comprenderse. No hay nadie en casa, nunca ha habido alguien esperando desde hace varios años, pero ahora no sé por qué, se me ha dado por extrañar una compañía que nunca ha existido, una voz que me recuerde que existo.
Y estoy bien, no es para tanto. No voy a llorar ni esas cosas. No estoy triste, solo que le hacen falta algunas hojas a mi árbol. Tus hojas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario