El dolor en los pies es urgente pero es más urgente
llorar por alguien más.
Hay que caminar, ya que no tengo alas tengo que caminar.
Meto la mano al bolcillo. No hay nada. Las alas de metal
no alcanzan para otro vuelo.
Otro día más.
Otro sol caliente y las marcas en el cuerpo de ese sol
que a cada rato cree que todas las calles son playas.
Paso la mano por el cuello, y esos trozos de vidrio que
me dejó la ventanilla del bus salen por
todas partes.
Se varó el bus o se estrelló. Qué más da.
Por lo menos no tendré que ir a trabajar hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario