jueves, 27 de noviembre de 2014

ESTOY ALLÁ.



El forro capilar que me recubría y embultaba mis arterias,

Se encuentra ahora donde nadie lo quiere encontrar.

 Me sepultó el tiempo.

No me busques más.

El llanto es impune, solo te queda él.

Envuélvete en él y encuentra mis espejos

Entre la gente que cruza o en todo aquello que te sabe a mí:

El guaro de la tienda, el café caliente, el cigarrillo de menta, a seis de la tarde.

 Entonces me pensaras y sentirás que estoy allá,

Más allá de los azules del cielo, o en la lontananza

 Donde el mar da la vuelta en su esquina oceánica.

 

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