Que bueno es saber que no soy el amor de tu vida. Fue imposible para mi, ya ves como soy de torpe a veces.
No tengo esa astucia necesaria para herir, para mentir y mucho menos para quererte menos de lo que podría.
Que bueno es que no me quisiste, que no me quieras, porque al mirarte, al mirar tus ojitos tristes y pequeños, considero que hacerte daño sería herir mi propia eternidad, y eso, mi cielo, eso es trabajo de ese amor que decidiste acoger con tu propia vida.
Y no creas en mi último mensaje, porque ya no te estoy esperando, no espero nada, es mejor así, a veces es mejor.
Ahora sólo espero aprender otros acordes, porque mi guitarra está ya cansada de los mismos dos y de oxidarse sola en la pared de mi cuarto.
Sonríe, que la vida te esta fotografiando todo el tiempo.
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