...entre tanto el tiempo se devora su piel, sus manos, sus sueños. La soledad descubre nuevos imsomnios y en la oscuridad de la noche escucha el sonido de su sangre por todos los rincones de la casa.
M -Estas sola, sola, sola e irremediablemente despierta, con tus ojos abiertos al abismo.
Nadie va a venir a salvarte, nadie se lanzará en picada por ti, nadie.
H- Sí, así es, y ya han pasado 32 inviernos.
es bueno volverte a leer
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