En tardes como ésta quisiera irme, irme lejos y perderme mas allá de mi propio eco. Buscar un lugar donde no pueda escucharme; raparme la cabeza, cambiarme el nombre y subir la capucha, cubrir mis gestos. Irme a un lugar tan lejano que ya nadie pueda pensar en mi, donde el pensamiento de nadie logre alcanzarme. Así de lejos: que me vea yo misma caminar de espaldas bajo una noche lluviosa y solitaria, en alguna avenida de alguna ciudad sin nombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario