viernes, 2 de enero de 2015

Si no me lo dices no sirve de nada.

Cómo sabia que me quería?
Bueno. Nunca me pedía besos, ni me abrazaba sin razón, ni me lo decía con palabras. Te parecerá absurdo. Pero, creo que la forma como yo lo sabía era por  sus silencios, sus incontables y largos silencios. Aunque lo sabía, casi nunca me servía de nada, y algunas veces solo me dejaba esas pequeñas goticas de ácido hirviendo en el pecho, o el ardor caliente de la sangre que empuja con fuerza  el sin razón desde los brazos hasta la cara, del estomago a la garganta.
Lo mas absurdo de todo, era que a veces también lo sabia porque prefería estar con alguien mas y no conmigo.
Pero yo sabia que me quería, siempre lo supe y aún lo se. Aunque eso, amigo mio, y esta vez si soy coherente, no me sirve de nada.

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