Es preciso a veces pensar en algunas situaciones de la vida cotidiana. Por ejemplo: esos días como ayer que llego a casa sin ganas, con el cuerpo vencido del cansancio, buscando leer algo o escribir algo. Pero. Es oportuno dormir ante la impresionante insistencia de los párpados que se cierra solos. Entonces, comienzo a pensar: si es mejor el insomnio creador, esquizofrénico y enfermo o la somnolencia impune y catastrófica, pero saludable de las horas de sueño.
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