Después de una fuerte tormenta, un sapo salió de paseo a la orilla del río. Hacia mucho tiempo no lo hacia, así que se sintió muy animado, además que al terminar la fuerte lluvia, todo el cielo se despejó y la luna quedó brillando y solo a ratos una nube pequeña la cubría y descubría rápidamente.
Al llegar a la orilla mas clara del río, notó algo extraño en el agua y se acercó a ver de qué se trataba. Era una piedra blanca que resplandecía con la luz de la Luna y tenía una sonrisa que dejó completamente atónito al sapo.
El se acercó y le habló, la piedra le respondió contenta y sonriente, así que el sapo se quedó con ella hasta que amaneció.
Hablaron de muchas cosas, estaban felices los dos por haberse conocido.
Pasaron días y la piedra le perdió al sapo que la visitara mas seguido, entonces la amistad fue creciendo. Él le escribía poemas y ella amaba escucharlo recitar en la charca mas cercana. Ella le decía que su voz era como la de un ángel y que amaba cada linea que él le escribía. Así pasaron muchos días más y el sapo incontrolablemente se enamoró de la piedra.
Le dijo mil veces que la amaba. Se lo repitió tantas veces con un miedo terrible a que ella dejara de oírlo y así se le olvidara quererlo de vuelta. Pero ella despertó una mañana y vio en su orilla una carta más del sapo, pero esta vez no quiso leerla. La metió al agua y dejó que se deshiciera con la humedad.
Todos los días él llevaba su carta y la dejaba en la orilla. Ella las sumergía sin leerlas.
-Ya no vuelvas más. Guarda tus cartas que ya no quiero leerlas.- Dijo la piedra.
- Pero, por qué? Si antes te gustaban y ahora ni las lees. Que ha pasado?- Preguntó el sapo.
La piedra guardó un silncio absoluto, cerro sus ojos y se sumergió tan profundo que el sapo ya no pudo verla.
Pero aun así, el volvía y volvía, todos los días a ver si ya la podía ver.
Empezó a inventarla en la luna, a soñar, con un beso de agua, con una mirada que nunca llegaría.
Se cansó de ir a buscarla, pero nunca dejó de escribirle hasta llenar mil cuadernos con sus promesas y su dolor. Pero no sirvió de nada.
Una tarde de enero se volvieron a ver por las mismas orillas y ya nada era igual.
La piedra lo miraba como si lo odiara, como si tuviera asco del sapo.
-Tal vez son mis babas, o mi boca sin dientes, o el saber que no soy una piedra como ella, clara y resplandeciente; que no soy del agua y que tengo damasiada peste en estas piernas saltarinas. - Pensó el sapo.
Se detuvo en un camino, en uno de sus paseos nocturnos y le pidió un deseo al dios del bosque: pidió ser una piedra blanca, que la luna la iluminara por encima del agua cristalina.
El dios del bosque le dijo que si quería ser una piedra para que lo amaran, nunca le iba a conceder ese deseo, ya que el amor es el unico sentimiento que un dios no puede dominar.
El sapo le respondió:
- yo no quiero ser una piedra para que ella me ame, yo quiero ser una piedra para no sentir nada, para que el agua no me humedezca ni la luz de la luna me afecte; yo quiero ser una piedra para que no me duela el corazón, para no tener manos con las cuales escribirle más poemas, para sumergirme sin importarme nada. Para eso quiero ser una piedra.
El dios del bosque le dijo:
-Déjame pensarlo unos días y te tendré la respuesta a tu deseo.
Y el sapo se quedó esperando y escribió este cuento una y otra y otra vez, hasta endurecerse sin resentmientos, sin pesares, sin amor, y asi logró ponerle el final a esta historia con su imagen reseca y pesada hundiéndose lentamente en el pantano.
martes, 27 de enero de 2015
lunes, 26 de enero de 2015
Estupideces.
Quería llamarte, decirte que me hiciste sentir como Morelo, o como Ted Bundy, uno de esos a los que todos les huyen.
Quería decirte que te odio, que estoy con alguien más, y otras mentiras. Quería decirte que yo merecía un abrazo y no la foto griz de los mensajes.
Que no fue mi intención estirar las patitas de tus gafas ni sentarme al borde del mueble para dañarlo, ni decirte que te amaba, ni escribirte, ni esperarte, ni dejarte este mensaje que solo entenderías tu.
Quería decirte que te odio, que estoy con alguien más, y otras mentiras. Quería decirte que yo merecía un abrazo y no la foto griz de los mensajes.
Que no fue mi intención estirar las patitas de tus gafas ni sentarme al borde del mueble para dañarlo, ni decirte que te amaba, ni escribirte, ni esperarte, ni dejarte este mensaje que solo entenderías tu.
El piano de jhon.
En medio de una charla cualquiera en un lugar cualquiera me ha pasado que empiezo a dejar de oír lo que me dicen.
Respondo con la cabeza o con sonrisas a lo que sea que me están diciendo, y se va mi mente volviendo una especie de túnel que ahoga el exterior.
Y empiezo a fabricar tu imagen allí conmigo, aquí conmigo. Y miro mis manos: están tan vacías, tan vacías!. Como si nunca hubieran agarrado nada, como si nunca te hubieran tocado.
Y solo queda el piano de jhon golpeando con tanta fuerza que mis ojos se llenan de espejos.
Ya sabes que dije que no seria así, tu me dijiste que no querías que fuera así.
Sigo en el túnel, esperándote, sabiendo que no volverás. No me da vergüenza decirlo ni saberlo, ni sentir que aun estas en esa canción. Que hay días que solo soy esa canción de jhon que cantábamos en la distancia, cuando aun no dolíamos.
"Couse al of me..."aun cuando no estas. Como cuando estabas.
Hoy en una de esas plazas de la ciudad alguien espera por mi.
Ya no es lo mismo sabes, tal vez vaya, aun cuando se que si voy dejaré mi amor en la cama y al cerrar la puerta él se quedara ahí, esperándome.
Ya no es lo mismo. Te llevaste todos mis poderes y ya no tengo ganas de salvar el mundo.
Y hoy, por lo menos esta tarde, apagaré la radio, preparare un café y haré como si nada.
Respondo con la cabeza o con sonrisas a lo que sea que me están diciendo, y se va mi mente volviendo una especie de túnel que ahoga el exterior.
Y empiezo a fabricar tu imagen allí conmigo, aquí conmigo. Y miro mis manos: están tan vacías, tan vacías!. Como si nunca hubieran agarrado nada, como si nunca te hubieran tocado.
Y solo queda el piano de jhon golpeando con tanta fuerza que mis ojos se llenan de espejos.
Ya sabes que dije que no seria así, tu me dijiste que no querías que fuera así.
Sigo en el túnel, esperándote, sabiendo que no volverás. No me da vergüenza decirlo ni saberlo, ni sentir que aun estas en esa canción. Que hay días que solo soy esa canción de jhon que cantábamos en la distancia, cuando aun no dolíamos.
"Couse al of me..."aun cuando no estas. Como cuando estabas.
Hoy en una de esas plazas de la ciudad alguien espera por mi.
Ya no es lo mismo sabes, tal vez vaya, aun cuando se que si voy dejaré mi amor en la cama y al cerrar la puerta él se quedara ahí, esperándome.
Ya no es lo mismo. Te llevaste todos mis poderes y ya no tengo ganas de salvar el mundo.
Y hoy, por lo menos esta tarde, apagaré la radio, preparare un café y haré como si nada.
domingo, 4 de enero de 2015
fin de año.
A esa hora la brisa fría se le mete a uno por todos lados. Enfría el café y los sueños. Tirita uno en medio de la noche y hace falta un buen pretexto para hablarle a la gente. Creo que en días como éstos se abren puertas de soledad por las que nadie entra mas que la soledad de uno mismo. Hay un solo carril, no hay dirección, como en los laberintos de pinos. Y si miras hacia el cielo, la alegría del mundo explota en millones de colores y formas. La pirotecnia del alcalde convence a casi todos que sin duda es el mejor día del año.
La gente se abraza, algunos lloran, queman llantas y otras cosas en las calles; y de tantas amplificaciones con sonidos distintos no se oye musica, mas bien un grueso zumbido que imitan aleteos de insectos colosales, parece el fin de mundo y no del año.
Estar solo no es tan malo, con el tiempo te acostumbras a preparar tu propia vida por las mañanas y seguir el resto del día sin problemas. Pero en días como esos. Solo esperas que pasen las horas ( ojala rápidamente) y no le dices nada a nadie, luego esperas un mejor momento, lo recuerdas y sonríes y si hay tiempo, lo escescribes.
viernes, 2 de enero de 2015
Si no me lo dices no sirve de nada.
Cómo sabia que me quería?
Bueno. Nunca me pedía besos, ni me abrazaba sin razón, ni me lo decía con palabras. Te parecerá absurdo. Pero, creo que la forma como yo lo sabía era por sus silencios, sus incontables y largos silencios. Aunque lo sabía, casi nunca me servía de nada, y algunas veces solo me dejaba esas pequeñas goticas de ácido hirviendo en el pecho, o el ardor caliente de la sangre que empuja con fuerza el sin razón desde los brazos hasta la cara, del estomago a la garganta.
Lo mas absurdo de todo, era que a veces también lo sabia porque prefería estar con alguien mas y no conmigo.
Pero yo sabia que me quería, siempre lo supe y aún lo se. Aunque eso, amigo mio, y esta vez si soy coherente, no me sirve de nada.
Bueno. Nunca me pedía besos, ni me abrazaba sin razón, ni me lo decía con palabras. Te parecerá absurdo. Pero, creo que la forma como yo lo sabía era por sus silencios, sus incontables y largos silencios. Aunque lo sabía, casi nunca me servía de nada, y algunas veces solo me dejaba esas pequeñas goticas de ácido hirviendo en el pecho, o el ardor caliente de la sangre que empuja con fuerza el sin razón desde los brazos hasta la cara, del estomago a la garganta.
Lo mas absurdo de todo, era que a veces también lo sabia porque prefería estar con alguien mas y no conmigo.
Pero yo sabia que me quería, siempre lo supe y aún lo se. Aunque eso, amigo mio, y esta vez si soy coherente, no me sirve de nada.
jueves, 1 de enero de 2015
Qué es mejor?
Es preciso a veces pensar en algunas situaciones de la vida cotidiana. Por ejemplo: esos días como ayer que llego a casa sin ganas, con el cuerpo vencido del cansancio, buscando leer algo o escribir algo. Pero. Es oportuno dormir ante la impresionante insistencia de los párpados que se cierra solos. Entonces, comienzo a pensar: si es mejor el insomnio creador, esquizofrénico y enfermo o la somnolencia impune y catastrófica, pero saludable de las horas de sueño.
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