Como cuando en el camino largo de la entrada de la casa esperaba incansablemente todas las tardes la llegada de mi hermano muerto hacia ya buen tiempo. Así tal vez me veas esperando un te quiero, un abrazo, un mensaje de buenas noches.
No te asombres ni te asutes, uno entre tanto crece de cuerpo y adendro aún encierra los vértigos del columpio, aún se lava las manos con tierra.
No trates de comprenderme si a veces no quiero salir con ese vestido de mujer, si en su lugar quiero ponerme un pantaloncito sucio y correr por ahí.
Ven a hacerme compañía.
Es que no ves que a veces me siento sola?
Es que no ves que a veces sólo quiero llorar porque si, porque no, o porque me haces falta?
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