Si sentiste lo mismo que sentí yo la primera vez que nos besamos, entonces es probable que aveces también sientas por mí la misma falta que siento de ti.
Como hoy, me he quedado inmersa en la claridad del cielo, pensando si también estarías viéndolo en aquel instante.
Esposible que hoy nuestras miradas se hayan cruzado en la inmensidad del espacio.
Eres tal vez esa parte de mí que perdí hace millones de años, soy tal vez el anhelo que escondes en las profundidades de tu corazón.
miércoles, 25 de noviembre de 2015
martes, 17 de noviembre de 2015
Tengo ganas...
Tengo ganas de regresar a octubre, de mirar la luna dibujando pajaritos en tu ventana. Tengo ganas de escribirte una nota y decirte que te extraño, que algo me duele en un lugar de mi cuerpo, que no sé dónde es que me duele, pero lo siento.
Ya te habrás ido, ya te marchaste sin retorno. Seguiré escribiéndote en silencio, seguiré siendo esto que soy.
Hay veces que me extraño damasiado.
Cuando alguien te deja de amar.
Cuando alguien te deja de amar es como si hubiera muerto, lo miras y notas que sus ojos no brillan, que ya no puede ver tu pasado ni tu futuro, ni adivinará el siguiente gesto que harás.
Cuando alguien te deja de amar es como si estuvieras muerto tú mismo.
Los desamores son pequeñas muertes. Asistimos a nuestro funeral todas las mañanas y se anda como sonámbulo, persiguiendo el propio rastro.
Cuando alguien te deja de amar es cuando te das cuenta de cuán distraído estabas de tu infinita soledad.
Cuando alguien te deja de amar es como si estuvieras muerto tú mismo.
Los desamores son pequeñas muertes. Asistimos a nuestro funeral todas las mañanas y se anda como sonámbulo, persiguiendo el propio rastro.
Cuando alguien te deja de amar es cuando te das cuenta de cuán distraído estabas de tu infinita soledad.
lunes, 9 de noviembre de 2015
Con un beso.
He tenido los ojos abiertos demasiado tiempo, ciérramelos con un beso.
He tenido mi cuerpo intacto por mucho tiempo ya, hazme temblar, sentir, gritar con un beso.
He estado de pie mucho tiempo, hazme caer con un beso.
Bésame, hazme olvidar, borrame, reinventame, armame; bésame, no me dejes ir, sujétame, no me dejes volar, atame al largo de tu pelo, sonrrieme de cerca, respirame en la cara, devuelveme la piel, llevate los imsonios, esperame, llámame, dime que tu también quieres que te bese.
Toma venganza de todo mi pasado.
He tenido los ojos abiertos demasiado tiempo, besame y hazme soñar.
Nunca
Si decidieras mirarme, darte la vuelta y verme, pero no con tus ojos de siempre, sino con tus ojos de nunca. Si decidieras sonreirme con tu sonrisa pequeña, hablarme con esa voz rápida y descontrolada, pero hablarme de algo ilógico; contarme tus historias de navegante de nubes, decirme qué tanto te gustan las gotitas de agua que quedan pegadas a las hojas después de la lluvia, hablarme de ti, de ti sin mi, de cuando yo no estaba, de cuando no existía. Pero la fila del banco sigue su lento curso y el tráfico no avanza y se hace tarde, osurece y hay que llegar temprano, y tus ojos miran a través de mi, mirarás todos los transeúntes y no me distinguiras, no soy yo, no seré yo. Seré quien no mires, seré ese espacio en el tiempo en que tu sonrisa se desvía hacia otro rostro y yo quiero ser ese otro rostro, y yo quiero ser para ti, y que me beses con todas tus ganas, con toda tu boca y que después te vayas a donde tengas que estar.
domingo, 1 de noviembre de 2015
Ya es sólo uno
Ya me han dejado ir otras veces, ya me han devastado el alma, ya me han robado el sueño y la alegría, no te creas que vienes a traerme algo nuevo y raro. No creas que este árbol no ha mudado ya todas sus hojas, no te lo creas.
Ya me han enganchado a la melancolía con el mismo cinismo con el que dices: "no quiero herirte" cuando la herida ya estaba hecha desde el mismo instante en que te conocí.
Intento acostumbrarme a mi, al silencio del teléfono y a los orgasmos pequeños.
Un sólo plato, una sola copa de vino rojo y en la ventana el sueño rebelándose como las gotas de lluvia.
Y en la puerta el timbre que ya no suena, el perro que no ladra, las flores que se murieron, las cartas borradas y las fotografía como testimonios crueles de un dos que ya es sólo uno.
Ya me han enganchado a la melancolía con el mismo cinismo con el que dices: "no quiero herirte" cuando la herida ya estaba hecha desde el mismo instante en que te conocí.
Intento acostumbrarme a mi, al silencio del teléfono y a los orgasmos pequeños.
Un sólo plato, una sola copa de vino rojo y en la ventana el sueño rebelándose como las gotas de lluvia.
Y en la puerta el timbre que ya no suena, el perro que no ladra, las flores que se murieron, las cartas borradas y las fotografía como testimonios crueles de un dos que ya es sólo uno.
Tu primer beso
Yo fui tu primer beso, no lo vas a negar, no lo negarás ahora que la luna está cortada por un tajo de noche; ahora que la ves cansada, a la luna cansada de octubre, no se lo puedes negar.
Allá, donde quiera que estés, en esa lejanía de árboles de lienzo, sigues cerrando todas las ventanas por las que asomo a verte, enterrando todos mis recuerdos con la sutilidad que corresponda.
Olvidándome. Pero no importa cuantas veces me olvides, así de tantas cerrarás tus ojos y volverás a verme, así de tantas alguien tocara tus labios y recordadas los míos, así de tantas como sea posible, cuando seas posible.
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