miércoles, 29 de julio de 2015

A esta hora mi gato...

Mi gato se limpia los bigotes, caen gotitas que salpican su quietud. Persigue las corrientes de la calle con sus ojos grices, mueve la cola hacia los lados, me mira.
Sus orejas se levantan un poco, cambian de dirección constantemente como antenas; sabrán sus más oscuros secretos, qué oirán sus delgadísimas luces sonoras. Me mira.

Lluvia de tarde

La lluvia de la 1:30 de la tarde desciende sobre la ciudad con sus cabellos húmedos. Es preciso cerrar los ojos y escucharla. Salen los niños a correr por las calles, a saltar en los charcos, un ave aprovecha las gotas desde las redes eléctricas. Todo es más lento, el día envejece y oscuras las nubes marchan despacio hacia otras tierras.

domingo, 5 de julio de 2015

Y mi lengua en círculos...

Y mi lengua en círculos dibujaba rosas en el aire de la noche.
Por mi pecho pasaba el aire y me atravesaba, todos mis males caían de golpe como  caen las hojas de los árboles con la brisa menuda del tiempo.
Como si me inyectarán nubes en las venas.

Palabras de fuego.

Le taparon la boca, le cerraron los ojos, y le salían las palabras por las manos.

Le cortaron las manos, la pusieron al sol, y le salían las palabras por los poros.

La quemaron viva y enterraron sus cenizas, y al final de la tarde explotó el aire en fuego fatuos que lanzaban palabras de fuego y que sólo podieron leer los niños.