Reinventando el dolor me llegó la tarde. Tarde de esas en las que las brisas barren el cielo con sus manos oscuras, y van dejando pedazos de nubes empujadas hacia la roja lámina solar.
Escribiendo un poema con mis ojos me llegó la tarde.
Cuando ya no estás las tardes llegan solas,
sabes?
más bien no sabes cuantas tardes me trajiste.
Cuántos espectros hay ahora en cada camino, cada ventana, en cada media curva de estas calles tan viejas...